En una ocasión, leía en el prólogo de un libro de carácter técnico una frase realmente curiosa: «si hubiese querido una profesión con menos stress, me hubiese hecho controlador aereo».
Y es que, si hay alguna caractrerísica que destaca en el trabajo dentro del sector informático es sin duda el stress. Así que en este artículo vamos a hablar de dos conceptos relacionados con esta y por que es importante conocerlos y evitarlos: El crunch y el síndrome de burnout.
En primer lugar hablaremos del «crunch»
Este es un concepto principalmente asociado a los equipos de desarrollo, que en ocasiones puede encontrarse como «hacerse un crunch» y se refiere a un periodo de sobreactividad debido a factores externos: La cercanía de una fecha de entrega o un hito, el lanzamiento de una nueva release, corrección de un bug urgente… Este periodo suele ser de apenas unos días y se vuelve a la actividad normal una vez pasada la situación que generó ese crunch….
El problema es que muchas empresas lo hacen permanente.
Sea por mala planificación o por incorrecto dimensionamiento del equipo, son famosas en muchas empresas las jornadas interminables, las horas extras no pagadas y las prisas siempre a medida que se acerca el deadline.
Aunque como hemos dicho se asocia más a las areas de desarrollo, también puede encontrarse esta práctica en las areas de sistemas. Una caída de un sistema, una avería de hardware o un ataque son situaciones que no se pueden prever y deben ser atendidas de manera urgente, pero viene siendo habitual que se cuente con el trabajador para hacer una intervención fuera de horario de manera unilateral o aprovechar un servicio de guardia (que no es un turno de noche) para lanzar un proceso de madrugada o para realizar alguna comprobación manual.
Cuando esta situación se prolonga en el tiempo se convierte en un factor patogeno, el trabajador nunca llega a desconectar del trabajo.
Si bien es obvio que los profesionales de IT no somos los únicos expuestos al stress ni a las horas extra, si que tenemos un factor que nos hace mas vulnerables: la dificultad para no llevarse el trabajo a casa.
Aún comparandose con trabajos objetivamente más duros y exigentes físicamente, un operario de fábrica no puede llevarse su maquinaria a casa, un profesional de la construcción no puede trasaladar su obra, pero seguro que si no todos, la mayoría de los programadores coincidirán en que han estado dandole vueltas a un bug e incluso se han levantado de madrugada a retocar una copia local del código o a acceder a algún tipo de repositorio y se han visto enganchados durante un par de horas. Móviles personales que suenan fuera de horario o incluso en vacaciones porque el que está no sabe y el que sabe no está. El estar disponible por si te necesitan porque «eres el único que controla esto»…
Cuando esta situación pasa de ser algo puntual a algo habitual, corremos en el riesgo de desarrollar el síndrome de burnout o trabajador quemado.
El psicologo David Ballard en su «Programa para un entorno de trabajo psicologicamente saludable» define el sindrome de burnout como «un período prolongado de tiempo en el que alguien experimenta agotamiento y falta de interés en las cosas, lo que resulta en una disminución en su rendiminento laboral»
Así mismo, se definen estos 10 puntos para determinar si estas sufriendo esta patología:
1. Agotamiento
Una señal clara de agotamiento es cuando te sientes cansado todo el tiempo. El agotamiento puede ser emocional, mental o físico. Es la sensación de no tener energía, de estar completamente gastado.
2. Falta de motivación
Cuando ya no te sientas entusiasmado por nada o ya no tengas esa motivación interna para tu trabajo, hay una buena probabilidad de que estés experimentando burnout. Ya no tienes ese interés, esa expectación cuando se presenta una nueva versión o una tecnología. También se manifiesta de otras maneras: Puede ser más difícil ponerse en marcha por la mañana y más difícil arrastrarse al trabajo todos los días.
3. Frustración, cinismo y otras emociones negativas.
Puedes sentir que lo que estás haciendo ya no importa tanto, o puedes desilusionarte con todo. Puedes notar que generalmente eres más pesimista de lo que solías ser. Si bien todo el mundo experimenta algunas emociones negativas de vez en cuando, es importante saber cuándo se están volviendo inusuales para ti.
4. Problemas cognitivos
El agotamiento y el estrés crónico pueden interferir con tu capacidad de prestar atención o concentrarse. Cuando estamos estresados, nuestra atención se reduce para enfocarnos en el elemento negativo que percibimos como una amenaza. A corto plazo, esto nos ayuda a lidiar con el problema en cuestión, dice el Dr. Ballard, «pero nuestros cuerpos y cerebros están diseñados para manejar esto en ráfagas cortas y luego regresar a su funcionamiento normal. Cuando el estrés se vuelve crónico, este enfoque cerrado continúa durante mucho tiempo y tenemos dificultades para prestar atención a otras cosas «.
Esta visión de túnel de «lucha o huida» puede afectar negativamente tu capacidad para resolver problemas o tomar decisiones. Puedes notar que estás más olvidadizo y que te cuesta más recordar las cosas.
5. Descenso del rendimiento laboral
¿No estás seguro de si estás quemado? Compara tu rendimiento laboral actual con el rendimiento en años anteriores. Debido a que el agotamiento tiende a ocurrir durante un período prolongado de tiempo, tomar esta visión a largo plazo podría revelar si te encuentras en una depresión temporal o si estás experimentando un agotamiento más crónico.
6. Problemas interpersonales en el hogar y en el trabajo.
Esto tiende a desarrollarse de una de dos maneras: (a) Tienes más conflictos con otras personas, como entrar en discusiones, o (b) retirarse, hablar menos con sus compañeros de trabajo y miembros de la familia. Puedes llegar a percibir que incluso cuando estás físicamente allí, estás desconectado. «Perdona, qué has dicho? No estaba atento a la conversación»
7. No cuidarte a ti mismo
Cuando sufren de agotamiento, algunas personas tienden a desarrollar hábitos poco saludables como beber demasiado, fumar, ser demasiado sedentario, comer demasiada comida basura, o no comer lo suficiente o no dormir lo suficiente. La automedicación es otro problema y podría incluir depender de las pastillas para dormir para poder conciliar el sueño, beber más alcohol al final del día para desestresarse o incluso beber más café para reunir la energía para arrastrarte al trabajo por la mañana.
8. Estar ocupado con el trabajo … cuando no estás en el trabajo
Aunque es posible que no estés trabajando en un momento dado, si está gastando energía mental reflexionando sobre su trabajo, entonces su trabajo está interfiriendo con tu capacidad para recuperarse del estrés del día. Para recuperarse, necesitas tiempo para ti mismo después de que termine la jornada real … y tiempo tiempo para dejar de pensar en el trabajo por completo.
9. Sentimiento general de insatisfaccion
Esta es la tendencia a sentirte menos feliz y satisfecho con tu carrera y con tu vida personal. Puedes sentirte insatisfecho o incluso atascado cuando se trata de lo que está sucediendo en casa, en tu familia o en tu circulo de amistades.
10. Problemas de salud
Si se prolonga en el tiempo, el estrés crónico grave puede crear problemas de salud físicos como problemas digestivos, enfermedades cardíacas, depresión y obesidad.
Las consecuencias de esto afectan no solo al trabajador, sino tambien a la empresa ya que le supone un perjuicio económico al estar pagando a un trabajador que no se encuentra al 100%.
Ante esta situación si algun día repasas esta lista y ves que te sientes identificado en más de un punto, es el momento de bajar el ritmo. Tómate un tiempo para analizar la situación. Quizás sea el momento de coger unas vacaciones, una excedencia y si la situación no tiene visos de solucionarse, comenzar a pensar en cambiar de trabajo e incluso de sector.
De nuevo vemos que el primer perjudicado de tratar al trabajador como un recurso es la propia empresa, pero sin embargo son pocas las que toman medidas, no ya para solucionar, sino ya para identificar este tipo de problemas.
Quizás también, deberian empezar a tratarse estos temas como enfermedades profesionales.